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Los 10 Mandamientos del Ahorro

Pero solo hay unas pocas reglas que son las que verdaderamente transformarán nuestras finanzas personales y familiares. Reglas tan importantes que deberían ser grabadas en piedra. A continuación te presentamos los 10 mandamientos del ahorro.

Hay muchos consejos o mandamientos que pueden ayudarte a hacer crecer tus ahorros. Por ejemplo el uso de cupones de descuentos para realizar la compra u otros pequeños gestos diarios pueden darnos un respiro para llegar a fin de mes.

  1. A dónde va nuestro dinero

Cuando los generales van a la guerra, necesitan tener una visión amplia del campo de batalla. Lectura de mapas, reconocimiento del terreno y otros datos son básicos para prepararse.

En la batalla del ahorro, la primera cosa que tienes que saber es a dónde va tu dinero. Hoy en día existen muchas herramientas online que nos permiten hacer un seguimiento de nuestras finanzas. Nos permiten conectar todas nuestras cuentas bancarias, tarjetas de crédito y préstamos que tengamos para tener una visión amplia de nuestra situación financiera.

Estos programas analizan estos datos y nos sugieren áreas en las que podríamos mejorar nuestro ahorro.

Si eres de los que no le gusta tener todos sus datos en la nube, también puedes optar por realizar el seguimiento de tu economía familiar a través de una hoja de Excel como la que hemos elaborado para hacer un seguimiento de la economía doméstica.

2. Elimina las deudas con más intereses

Si solo tuviéramos que quedarnos con una de estos consejos, quizás este sea el más importante. La deuda es una de las peores compañeras que podemos tener en nuestras finanzas personales.

El tipo de interés es como la kriptonita para tus metas de ahorro, y cuanto antes lo elimines, antes podrás convertirte de nuevo en todo un superhéroe del ahorro.

Tendrás que comenzar por eliminar la deuda de aquellos productos con un interés más alto como pueden ser las tarjetas de crédito. La consolidación de deuda debes dejarla como última alternativa para aliviar tu situación financiera.

3. Lee la letra pequeña

La mayoría de la gente se sorprendería con la cantidad de dinero que se gastan en comisiones, honorarios, etc. a la hora de contratar cualquier servicio, sea o no financiero.

Asegúrate de leer la letra pequeña de todas aquellas cosas que firmes, sobre todo si se tratan de productos bancarios o seguros.

4. Espera para comprar

Esto es un consejo que puede hacernos ahorrar una gran cantidad de dinero. Debemos ser pacientes a la hora de comprar, sobre todo cuando se trata de cosas caras.

Por ejemplo, no compres un producto cuando acaba de salir al mercado. Piensa realmente si lo necesitas en ese momento o no. Quizás dentro de 3 o 4 meses su precio baje o haya ofertas mejores.

Esto sobre todo es útil cuando hablamos de aparatos electrónicos. Por ejemplo, sé paciente a la hora de comprar el último modelo de móvil, quizás si esperas 3 o 4 meses consigas el mismo terminal por mucho menos dinero.

5. Vigila los tipos de interés

Incluso si eres capaz de pagar la mayor parte de la deuda de las tarjetas de crédito y préstamos, la deuda que la mayoría de las personas no puede pagar es la de su hipoteca, por lo que es necesario que llevemos un cierto tipo de seguimiento de los tipos de interés.

Cuando los tipos de interés bajan, puede ser una buena oportunidad para refinanciar tu hipoteca y ahorrar dinero en la cuota mensual. Ese ahorro no lo gastes, mételo en una cuenta de ahorro o sigue destinándolo al pago de la hipoteca, de esta manera la amortizarás antes de tiempo.

6. Haz dinero con lo que tengas por casa

Mucha gente se sorprendería al saber toda la cantidad de dinero que tienen en su casa. Por ejemplo, esos libros que ya hemos leído y que están en la estantería sin usarse, los viejos teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos.

Todo esto puede ser vendido. Por un lado podremos liberar espacio en nuestra vivienda y por otro, ganaremos algo de dinero. Incluso puede hacer una especie de mercadillo en el garaje de tu casa o con el resto de vecinos si también están interesados.

7. Usa la tecnología para encontrar ofertas

Internet nos abre las puertas a numerosos sitios con los que podremos ahorrar. Por ejemplo los sitios de ofertas y cupones descuento son los casos más claros de ahorro. Suscríbete a estos sitios para recibir las ofertas que van apareciendo en tu email.

Otra manera de ahorrar es simplemente comparando precios. Internet nos permite comparar el precio de un mismo producto en numerosos sitios a la vez, con lo cual, podemos conseguir ese producto en el sitio más barato.

También existen sitios en los que publican actividades gratuitas para las familias durante los fines de semana, días festivos y vacaciones escolares.

8. No te olvides de la jubilación

Tenemos que planificar nuestra jubilación para llevar una vida tranquila cuando acabemos nuestra vida laboral. Este proceso de planificación puede llevarnos 30 o 40 años.

Nos guste o no, va a llegar un momento en que necesitemos un extra para financiar nuestros años dorados. Así que para lograrlo, tendremos que dedicar una parte de nuestros ahorros a este objetivo.

El tiempo aquí cuenta a nuestro favor, cuanto antes empecemos a ahorrar para esta meta financiera, más dinero tendremos para disfrutarlo en nuestro retiro. Esto es posible al beneficio del interés compuesto.

9. No intentes aparentar

En muchas ocasiones gente, que ha llevado una vida más o menos holgada y que pasa por un bache económico, intenta mantener las apariencias cuando su realidad financiera ha cambiado y mantienen su nivel de vida y de gasto.

Esto es un error importante, en todo momento, debemos adaptarnos a nuestra situación financiera real. No adoptar este enfoque puede resultar fatal. Quizás podamos vivir de los ahorros durante un tiempo, pero seguir el tren de vida que llevábamos, en algún momento se terminará y el esfuerzo tendrá que ser máximo.

10. No gastes lo que no tienes

Parece obvio de que no podemos gastar lo que no tenemos pero en ocasiones recurrimos a nuestros ahorros para darnos caprichos. Por ejemplo, tiramos del plan de pensiones para comprar un coche, o del dinero de la universidad de nuestros hijos para irnos de viaje.

El dinero que hemos destinado a ese tipo de metas deberíamos considerarlo como dinero que no tenemos. Ese dinero ya está asignado. Obviamente siempre podremos echar mano de él en caso de emergencia y cuando no queda otro remedio.

Coach y Conferencista Financiera
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