¿De quién es «hijo» el éxito? Hay quienes se empeñan en endilgar (sí o sí) la paternidad de la «criatura» al talento. Y puede que el talento sea «progenitor» en innumerables ocasiones del éxito, pero no lo es siempre.
El escurridizo y anhelado éxito encuentra a veces en el talento la horma de su zapato, pero en otras ocasiones, prefiere colgarse el brazo de cualidades que poco o nada tienen de talentosas. A continuación sólo algunas de las cualidades necesarias para triunfar:
- Trabajar duroEl trabajo duro es algo que ni se enseña ni se aprende. Simplemente es algo que hay que estar dispuesto a hacer y quienes dejan la piel en el trabajo tienen definitivamente más posibilidades de triunfar que quienes prefieren dejarse llevar por la tentadora pereza.
- Conocer los recursos a nuestro alcanceMuchas personas se precipitan a la hora de pedir ayuda a los demás -y de paso importunarlos-, sin saber que tienen a su alcance los recursos necesarios para solventar el problema que tienen entre manos. Sin lugar a dudas, estas personas lo tienen más complicado para saborear las mieles del éxito.
- Comunicarse abiertamente con los demásQuien es honesto y proactivo en su manera de comunicarse, no deja interrogantes en el tintero y se gana la confianza de cuantos hay a su alrededor.
- Tener siempre ganas de hacer cosas nuevas (y difíciles)Toparse de bruces con un proyecto complicado y no descartarlo simple y únicamente por temor a enfrentarse a su dificultad, es una cualidad admirable y directamente emparentada con el éxito.
- Intentar ver el lado bueno de las cosasSer optimista no quiere decir tener permanentemente una sonrisa –falsa- dibujada en el rostro, sino más bien, buscar el lado positivo a las cosas, lo cual, puede ser tremendamente beneficioso. Al fin y al cabo, si ponemos sólo el acento en lo negativo, perdemos inevitablemente oportunidades.
- Ser entusiastaEl entusiasmo es el siguiente peldaño en la escalera del optimismo. ¿Lo mejor de las personas entusiastas? Que son capaces de contagiar su entusiasmo a los demás y con más personas comprometidas en un proyecto, éste tiene muchas más posibilidades de llegar a buen puerto.
- Ser de mente abiertaPara tener éxito, hay que dejar inevitablemente el ego en la puerta y estar dispuesto a abrazar las ideas ajenas.
- Priorizar la eficienciaVivimos en una era absolutamente frenética, en la que, la velocidad parece ser la clave de todo; pero si esa velocidad no está aderezada con algo de calidad, caerá ineludiblemente en saco roto.
- Tener hambre de conocimientoPuede sonar a cliché, pero tener permanentemente hambre de conocimiento es clave en el camino hacia el éxito.
- Estar bien equipado (y preparado para todo)Estar preparado para cazar al vuelo todas y cada una de las oportunidades que salen a nuestro paso, es vital para echar el lazo al éxito.
- Ser una persona organizadaLa capacidad de organización es probablemente una de las cualidades más infravaloradas y, sin embargo, es tremendamente útil para moverse hacia adelante.
- Colaborar con los demásSer capaz de trabajar en equipo es imprescindible para conquistar el éxito, que rara vez da la cara en solitario.
- Desafiar expectativasQue algo lleve haciéndose de una determinada manera desde el principio de los tiempos, no es razón –suficiente- para ponerlo en duda.
- Aceptar las críticas de tipo constructivoLas críticas constructivas nos ayudan a pulir defectos y nos acercan mucho más al éxito.
- Ser puntualLa puntualidad -tan ultrajada por estos lares- nos proporciona una pequeña ventaja sobre el resto y nos ayuda a anticiparnos a posibles problemas.
Fuente: www.marketingdirecto.com
Coach y Conferencista Financiera
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