Los grandes emprendedores basaron sus prioridades financieras en la generación de riqueza y compraron solamente lo necesario para vivir austeramente en sus primeras etapas como independientes.
Robert T Kiyosaki, en su texto “Padre Rico, Padre Pobre”, explica cómo, dentro de una sociedad de consumo, las personas pueden entrar en lo que le llama “la carrera de ratas”, donde la analogía se centra en el trabajo continuo y perceptualmente interminable para pagar intereses sobre los activos adquiridos; tomando en cuenta que las tasas de interés en los países latinoamericanos es mucho mayor que la de EE.UU., lo que nos obliga a pagar, en pocos años y varias veces, el capital del bien comprado.
Este es un ejemplo de un manejo de finanzas personales centrado en la compra de bienes de consumo por crédito, pagando un dinero en intereses, que se podría estar invirtiendo para generar más riqueza.
Lo que verdaderamente importa
Sin embargo, en la mayoría de los casos, según Maslow, lo que más nos interesa como personas es tener seguridad de un techo, alimentación, salud, educación; es decir, satisfacer las necesidades básicas, y por eso, adquirir vivienda, vehículo u otros bienes, se hace prioritario y tomamos decisiones llevados por nuestra propia genética, o simplemente por emoción.
Los grandes emprendedores fijaron sus prioridades financieras basadas en la generación de riqueza y compraron solamente lo necesario para vivir austeramente en sus primeras etapas como independientes; lograron describir y controlar los gastos de manera racional, llevando un presupuesto detallado de los mismos.
No todos son emprendedores o independientes, con un modelo mental y financiero que les permita ser eficientes en el control de los gastos, sino que también los hay más impulsivos en el consumo, que tienen el salario comprometido para los próximos años; por lo que se hace necesario que hagan un alto en el camino y reevalúen si están trabajando para pagar intereses, destapando un hueco para tapar otro, o simplemente han entrado en una carrera en una cinta sinfín, que no les permite más que trabajar para vivir pagando cuentas.
A la mayoría de las personas les cuesta muchísimo ahorrar; no perciben esta responsabilidad como una prioridad en su vida, y más aún, si ya se comprometieron con una serie de gastos periódicos. Sin embargo, su tranquilidad y la de su familia no tiene precio. Para ello, es importante que, mensualmente, usted revise su patrimonio y los gastos innecesarios que están haciendo «ruido» en el balance personal.
Es un buen ejercicio mental, para prever problemas financieros futuros, tener claridad sobre cuál es el propósito en su vida, cuáles son sus objetivos y metas cuantificables; de tal manera que las decisiones que tome, se centren en construir sobre esas metas, objetivos y propósitos, sin salirse del camino y apartar todos los pensamientos impulsivos de consumo que lo desvíen del mismo.
Sea consciente a la hora de pedir un crédito. Primero reflexione si realmente esta solicitud es una prioridad en su vida o si se está dejando llevar por aquel anuncio publicitario que le otorga la facilidad de pagarlo a «cómodas cuotas». Incluso, hoy en día existen muchas entidades bancarias que están impulsando campañas informativas que instruyen al cliente acerca de cómo cuidar su crédito.
Aproveche el fin de año para ahorrar, ya que seguramente será la mejor época en la que reciba dinero por el pago de utilidades, bonos extras, vacacionales y gratificaciones, entre otro. Siempre es recomendable tener también cierta cantidad de dinero ahorrado, en caso de presentarse una emergencia que no esté cubierta por la compañía aseguradora.
Tenga una visión completa de su estado financiero y verifique si éste presenta un balance negativo o positivo. En caso de ser negativo, proceda inmediatamente a buscarle una solución. Elabore un plan, a través del cual, sepa exactamente cuál es su flujo de caja mensual. De esta forma, podrá prevenir situaciones inesperadas, y lo más importante, brindarle bienestar y tranquilidad a su familia.
Cuando las empresas están en crisis financiera, usualmente estudian diferentes alternativas de refinanciación, entre ellas, pasar créditos de corto a más largo plazo, centralizar las deudas en un solo acreedor que otorgue tasas de interés más favorables, venta de activos y otras soluciones que no aplican en el caso de personas naturales.
Nosotros podemos hacer uso de las anteriores fuentes de financiamiento, en caso de entrar en una crisis financiera. Para ello, se recomienda buscar bancos que compren carteras y que ofrezcan mejores condiciones financieras para sus colocaciones.
Por: Fernando Barrero R./
Profesor de Dirección Financiera
y Director de Centros de Investigación
Barna Business School
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