Para librarte de las deudas solo debes modificar tu accionar financiero y es por eso que te ofrecemos 11 consejos que te ayudarán a lograrlo.
Manos sudorosas, nerviosismo, falta de apetito, dolores de cabeza y cambios drásticos de humor. Estos pudieran parecer los síntomas de una enfermedad, pero en realidad son el resumen del estado en que estuve alguna vez, ahogada por las deudas y sometida a presiones de cobranzas.
Todo había empezado cuando, con deudas que superaban el ochenta por ciento de mi ingreso mensual, me encontré con el cierre repentino de la empresa donde laboraba. La deuda acumulada de 650 mil pesos representaba ocho veces el monto de las prestaciones que recibiría por el despido.
El mundo se tambaleó, y empecé a leer sobre finanzas personales. Decenas de libros sobre el tema poblaron mi estante y diseñé un plan que me permitió superar el sobreendeudamiento y lograr la solidez financiera. Ahora lo comparto con ustedes:
Paso 1: Dejar de contraer deudas
Puede parecer obvio, pero el principal problema que enfrentan las personas endeudadas es que continúan tomando prestado para cubrir su déficit, cuando lo correcto es pagar con su propio efectivo. Una persona genera deuda, no solo cuando toma dinero prestado, sino también cuando acude al crédito para financiar su estilo de vida; cuando sigue comprando cosas superfluas pese a tener compromisos que generan intereses cada mes.
Paso 2: Hacer un plan de gastos
Asigna a tu dinero un destino, antes de ganarlo. La mayoría de los problemas financieros se deben a la falta de planificación y al exceso de optimismo. Distribuye cada mes tu sueldo en las categorías prioritarias, como comida, transporte y educación –los llamados gastos fijos- y determina también cuánto destinarás al pago de las deudas. El plan de gastos puede variar de un mes a otro.
Paso 3: Elaborar un plan de pagos
En una hoja elabora un calendario o tabla en los que puedas visualizar los nombres de los acreedores, el monto que les pagarás por mes y el tiempo estimado para lograr saldarle a cada uno. Algunos prefieren el método Bola de Nieve, que es organizar las deudas de menor a mayor, sin importar la tasa de interés, para pagarlas en ese orden. Es decir, se le destina más dinero a la de menor monto, para saldarla primero, sin dejar de cubrir las cuotas mínimas de las demás. Luego ataca la segunda deuda en la lista. Otra forma es pagar primero las deudas que tienen mayor tasa de interés.
Paso 4: Aumentar el ingreso
Haz esta operación. Resta al monto de tu ingreso la suma de tus gastos fijos mensuales, incluido las cuotas de las deudas y los gastos variables. El resultado será tu capacidad de pago. Si te da un número negativo o bajito, significa que debes aumentar con urgencia tus ingresos. Si te sucede que siempre te quedas sin efectivo tan pronto cobras, debes hacerlo de igual forma. En este paso es probable que debas tomar un segundo empleo, vender algo u ofrecer servicios profesionales.
Paso 5: Reducir los gastos
En un ejercicio de honestidad contigo mismo, analiza los egresos de efectivo de tu bolsillo. Puedes llevar un diario de gastos, a fin de descubrir por dónde se te escapa el dinero. Por un mes, anota el destino de cada peso, en especial si usas tarjetas de crédito. En adición, para ver resultados, pon un tope o límite a tus gastos variables diarios: dulces, cafés, cervezas, picaderas refrescos y otros.
Paso 6: Guardar para mayo
El gurú de las finanzas personales, Dave Ramsey, dice que la deuda es el síntoma del sobregasto y el ahorro deficiente. Por esa razón, una vez consciente de los gastos, debes considerar ahorrar al menos el 10% de tu ingreso. Usted dirá: ¡Oye esto, hablarme del ahorro con esta crisis! Pero la realidad es que toda persona productiva tiene capacidad de ahorro. Guarda la cantidad que decidas cada mes, pero hazlo. Andar por la vida sin ahorros, es no tener capacidad de respuesta ante cualquier imprevisto.
Paso 7: Priorizar el pago
Una vida libre de deudas requiere de disciplina y sacrificio. Es probable que usted deba renunciar a algunos gustos o placeres para lograrlo. Pero se puede. Quizás por un tiempo deba reducir las salidas al cine y quedarse a ver películas en casa, pero eso tendrá su recompensa.
Paso 8: Transferir
Aunque no somos partidarios de contraer deudas para saldar otras deudas, si gran parte de tu endeudamiento es con tasas de interés altas, y solo si se trata de una cantidad importante que no podrías saldar ni con todo tu salario de un año, considera el traspaso de la deuda. El traspaso de la deuda es conseguir dinero prestado sin intereses con un amigo o familiar o a una tasa más baja, por menor o igual tiempo. Saldas y ganas en tranquilidad y en menor pérdida de dinero.
Paso 9: Aligerar la carga
En caso de sobreendeudamiento, cualquier planificador financiero con criterio le preguntará cuántos dependientes tiene. El círculo del endeudamiento es difícil de romper si eres el proveedor oficial de la casa y más si el número de dependientes es alto, cubrir los gastos fijos es nuestra responsabilidad y el dinero no alcanza. Por eso, siempre que sea posible, considere pedirle a los adultos bajo su cargo que asuman algunos de los pagos que usted suele cubrir. A esto le llamamos aligerar la carga. Hágase estas preguntas: ¿Hay algún otro adulto en capacidad de trabajar para que asuma algunos gastos fijos, mientras yo pago las deudas? ¿Está equilibrada en casa la carga financiera?
Paso 10: Involucrar a la familia
Pida apoyo a su familia y a sus amigos. Cuénteles lo que está tratando de hacer. Si no quiere, no tiene que decirle la cantidad que usted debe, pero hágales saber que está en un proceso importante y que necesita que lo ayuden. Parientes y amigos pueden aportar su granito de arena a su plan si, por ejemplo, evitan pedirle a usted que haga ciertas cosas por ellos, como regalarles o comprarles algún artículo o salir los fines de semana.
Paso 11: Evitar la comparación
Muchas personas viven en constante comparación y competencia. Aunque no lo admitan, de alguna manera les da cierto “dolor” ver que no han podido comprar esa jeepeta o ese apartamento como sus compañeras de generación. Saben que tienen el talento y la inteligencia para poseer esos bienes, pero por una razón que no se explican no lo han logrado. Para todos los que se sienten así, lo recomendable es analizar cuáles son sus reales circunstancias económicas y ver si están actuando acorde con ellas o si está actuando por insanas competencia o imitación. La frase “Yo soy yo y mis circunstancias”, parece ser una exhortación a hacer lo mejor con lo que tenemos, a administrarnos sabiamente, aunque otras de nuestro entorno estén viviendo una vida por todo lo alto.
Por Lissette Rojas, DineroIdeasRD
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