Ahorrar es ejemplo de fortaleza de carácter y de autocontrol, lo que te convierte en una mujer fuerte, autosuficiente e independiente y sin pecados financieros.
Una de las grandes satisfacciones que se tiene cuando se es joven y soltero, es comenzar a trabajar, recibir un salario y gastarlo sin tener que darle cuentas a nadie. La vida se ve «de color rosa» y el mundo nos parece pequeño; es entonces que podemos llegar a cometer serios problemas, perder el control de nuestras finanzas, adquirir deudas eternas y comprometer nuestro futuro.
Si estás disfrutando de tu primer empleo, vas a comenzar a vivir sola o en pareja y tienes grandes planes a futuro, evita cometer estos pecados financieros mortales.
Toma nota:
1. No apegarse a un presupuesto de gastos
Antes de gastar un solo centavo de tus ingresos, haz un presupuesto. Anota mes a mes o cada quince días -según sea la frecuencia en la que recibes tus ingresos- la lista de gastos fijos que debes cubrir invariablemente, como la renta, alimentación, transporte; en fin, registra y planifica todo aquello que se trate de dinero. Después viene lo más difícil, que es apegarte religiosamente a ese presupuesto.
Existe una regla de oro en las finanzas personales: «Controla cada centavo que entra o sale de tu vida», porque de lo contrario, serán los centavos los que te controlen a ti. Para tener el control debes dedicar un tiempo para investigar por qué el dinero no te rinde. Comienza anotando cada peso que gastas y te sorprenderá lo mucho que derrochas en cosas carentes de sentido y sin importancia. Aquí te comparto nuestro descargable ¨Plan financiero a 90 días¨
2. Gastar, gastar, gastar
Tener el poder y la capacidad de comprarte ropa bonita, zapatos o cualquier otra cosa que te guste mucho, es una gran satisfacción; sin embargo, ese sentimiento de satisfacción es muy peligroso si lo alimentas sin freno o sin ninguna regulación.
De seguir autocomplaciéndote, corres el riesgo de perder el control y caer en serios problemas económicos. Huye de las ofertas, por muy atractivas que sean; no lleves mucho dinero cuando salgas y evita “ir de compras” solo por placer o diversión, eso puede llegar a ser un pésimo hábito. Si te sientes triste, sal a correr o a caminar, pero no a comprarte algo, y mucho menos comida. Aquí viene la segunda regla de oro: “No compres lo que no necesitas”, por muy bonito que sea o pese a la gran oportunidad que se presente: si no lo necesitas, no lo compres.
3. Coleccionar tarjetas de crédito
Algunas jóvenes creen que las tarjetas de crédito son artículos coleccionables, que se debe tener la mayor cantidad posible, “por si algún día las necesitas”. La verdad es que no, una o dos tarjetas son más que suficiente para cubrir algunos gastos, e inclusive, para hacer un historial crediticio sano. Sé selectiva en las tarjetas que te ofrecen, estudia los intereses que cada una te genera, así como los beneficios y otras situaciones que en el futuro pudieran ser perjudiciales para ti. Si quieres convertirte en un super usuario de Tarjetas de Crédito pulsa aquí
4. Caer en la tentación de “meses sin intereses”
Una gran trampa de la mercadotecnia, es venderte algo “sin intereses” y a largos plazos o mensualidades; entonces, sin darte cuenta, adquieres una cantidad enorme de pagos mensuales, que sí te generan pagos de intereses si solo pagas el monto mínimo o si te llegaras a atrasar. Recuerda: El crédito no es dinero extra, es dinero que debes pagar finalmente, y en la mayoría de los casos, con intereses.
5. No ahorrar
Así como estás disfrutando de tu primer empleo y de dinero que por primera vez es totalmente tuyo, que además es fruto del inicio de tu vida productiva, debes recordar que esto no será eterno. Llegarás a enfermarte o simplemente a envejecer, y un día no podrás trabajar. Pensar en tu retiro es una de las grandes cosas buenas que debes comenzar a hacer, si quieres tener un futuro brillante. Pagar de contado siempre será una buena opción, y ahorrar es ejemplo de fortaleza de carácter y un verdadero autocontrol. Ponte el desafío personal del ahorro; esto, te convertirá en una mujer fuerte, autosuficiente e independiente en muchos sentidos.
6. No invertir en tu educación
Que ya estés trabajando y obteniendo ingresos, o hayas terminado tu carrera, no quiere decir que debas dejar de capacitarte, de seguir aprendiendo o actualizándote. La auto-capacitación y la continuidad de tu educación te ayudarán a tener siempre nuevas puertas para obtener más y mejores ingresos. Desarrolla nuevas habilidades. Visita nuestra aula financiera.
7. Adquirir una deuda ajena
Por mucho que quieras a un amigo o desees apoyar a algún familiar, sé muy prudente ante la propuesta de ser un fiador o aval de alguien. Piensa que un día la deuda contraída por ellos puede ser tuya y tú deberás hacer frente a eso. Si alguien te pide apoyo, piensa dos veces si quieres contraer esa deuda y si puedes pagarla.
Una mujer joven que aprende a administrarse adecuadamente llegará a ser una verdadera bendición para quienes le rodeen. Podrá ser una fortaleza para sus seres amados y una verdadera fuente de ayuda para quienes tengan necesidad. Asegura que tu futuro sea brillante, cuidando tus finanzas desde hoy.
No invertir en tu educación, es empeñar tu futuro.
JULIA GÓMEZ | juliagomez@revistamidinero.com.do
fuente www.familias.com
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