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¿Pobreza Mental? ¡Aleja esos malos hábitos de tu vida!

Nuestras costumbres influencian nuestro estado físico y emocional, además de programar nuestro comportamiento, el cual, acaba por definir nuestra vida, esa pobreza mental debemos salir de ella.

En nuestro diario transcurrir, a través del mundo de las Redes Sociales, nos encontramos lecturas que por su interesante contenido captan nuestra atención y es precisamente en este interesante mundo que nos topamos con estos principios que presentamos a continuación, los cuales, hemos querido enriquecer con reflexiones y planes de acción, con el objetivo de aportar en aumentar nuestra tranquilidad emocional y financiera, lo que se traduce en felicidad.

El Comportamiento

En psicología, el hábito es cualquier comportamiento repetido regularmente, que requiere de un pequeño o ningún raciocinio, que es aprendido, más que innato. Nuestras costumbres influencian nuestro estado físico y emocional, además de programar nuestro comportamiento, el cual, acaba por definir nuestra vida. En ese mismo sentido, Hay hábitos de los que sería mejor olvidarse y algunos de ellos son los siguientes:

La costumbre de auto-compadecerse

Entre tanto, las personas que tienen la costumbre de autocompadecerse van perdiendo la simpatía de quienes los rodean. Para alguien así es muy difícil entablar relaciones personales, que a su vez son muy importantes para forjar una carrera y conseguir un trabajo interesante.

Reflexión 

Si eres de este tipo de personas, lo primero que debe hacer es asumir que tu actitud es errada y que necesitas ayuda para solucionar esta situación. Si realmente deseas cambiar, intenta por iniciar sustituyendo pensamientos de miseria y pobreza por pensamientos de grandeza. Recuerda: para que las oportunidades lleguen a ti, debes tener la mente abierta para poder recibirla.

Auto-compadecerse es la mejor manera de ganarse un sueldo miserable y tener una vida gris.

Costumbre de ahorrar en todo 

Si en la tienda siempre vas en busca de la sección de rebajas; si piensas que les pagan más a tus colegas del trabajo aunque trabajen menos; si nunca le prestas nada a nadie, ni dejas ni la más mínima propina a los camareros, es señal de que la costumbre de la pobreza ha hecho nido en ti. Los analistas dicen que intentar economizar en todo, está lejos de ser signo de ahorro razonable, sino todo lo contrario, es un síntoma de que la persona es incapaz de balancear sus gastos y sus ingresos.

Reflexión: Lo importante es mantener un balance en la vida. No todo puede ser ahorro; sin embargo, definitivamente tampoco puede ser el gasto. Uno buen hábito de ahorro incluye pequeños premios que te ayuden a seguir avanzando, sin desmayar en este nuevo esquema de vida que estarás adoptando.

Costumbre de medir todo en dinero

Sólo las personas en cuyas mentes crece la pobreza, piensan que la única manera de ser feliz es tener un salario con gran cantidad de ceros y que no hay lugar para la alegría, si no se tiene ropa cara, casa propia y un automóvil de alta gama. Los sociólogos aseguran que al responder a la pregunta ¿qué necesitas para ser feliz? sólo aquellos con una mentalidad de pobreza empiezan enumerando los bienes materiales, mientras que aquellos con un punto de vista mejor enfocado, mencionan el amor y la amistad en primer lugar. Lo interesante es que este último tipo de personas, rara vez hablan de cuentas bancarias, porque piensan que la riqueza se mide en la capacidad de generar ingresos y tener visión. Una persona verdaderamente exitosa, no depende del tamaño de su saco de oro.

Reflexión: “ Lo que más vale del mundo, no se compra con dinero”. Así reza esta frase conocida por muchos y que refleja una de las grandes verdades de la vida. Las cosas que realmente nos hacen felices no se pueden comprar con dinero, como la salud, el amor, la compañía. Esto, no guardax ninguna relación con el dinero, así que contemos las bendiciones de nuestra vida por el amor y salud con la que contemos y no por la cantidad de dinero que tengamos guardado.

Costumbre de entrar en pánico cuando el dinero se acaba

Si con sólo pensar que se puede ser parte de la próxima oleada de despidos, el pulso se acelera, eso puede ser un síntoma de una mente programada para la pobreza. La verdad es que el dinero es un fluído que va y viene.

Reflexión: Mucho más importante y poderoso que el dinero, es la educación financiera y la forma en que manejamos el dinero. No nos sintamos atados por un salario, más bien ocupémosnos de conocer la forma en cómo funciona el dinero y en aprender todo lo posible sobre educación financiera, pues solo así podremos empezar a acumular riquezas.

Costumbre de gastar más de lo que se gana

Si trabajas en dos lugares, pero aún así no te alcanza el dinero, es hora de cambiar algo en tu vida. Si una persona no logra entender en qué se diferencia un crédito de otro, lo más probable es que nunca llegue a conocer la estabilidad económica.

Reflexión: No importa cuánto dinero ganes; no importa si es mucho o poco, lo que realmente importa es que puedas ajustar tu vida a tu nivel de ingresos. Mientras más dinero ganes, más gastarás, lo que indica que la problemática no se basa en la cantidad de dinero, sino en el buen o mal uso que estés haciendo del mismo.

Costumbre de hacer lo que no te gusta

¿Si no lo hago yo, entonces quién lo hará? Los psicólogos afirman que las personas cuyos empleos no les satisfacen, están potencialmente programados para la pobreza y que es lo que podríamos llamar “mala suerte“. La razón está en los sentimientos que se despiertan en la persona, al tener que ocuparse de asuntos que no le gustan. Para desterrar esa costumbre, es necesario hacer, no lo que alguien más necesita, sino lo que más nos produzca satisfacción.

Reflexión: Cuando encontramos un oficio que nos apasione y nos haga feliz y que además nos paguen dinero por realizarlo, entonces no trabajemos nunca en la vida. En la vida, estamos de paso; hagamos que ese trayecto sea lo más divertido y feliz posible. Cree en tus sueños, aunque nadie más lo haga.

Costumbre de no tener una buena relación con las personas de tu familia

Aunque podría parecer que tener malas relaciones con los miembros de tu familia no es algo tan grave, en realidad eso genera una especie de “tabú” mental y un malestar que podría llegar a convertirse en odio. El odio se convierte en amargura y la amargura en pobreza mental, que a su vez no permite ningún tipo de cambio ni perdón.

Reflexión: La inversión más importante que puedes hacer en la vida, es en tu familia. No pierdas un minuto de tu tiempo en dedicar amor, sonrisas, perdón, pues ahí es donde tu alma se hace grande y genera prosperidad en tu vida.

 Pamela Pichardo/ @pamelapichardoj

pamela@revistamidinero.com.do

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