Al hablar del crédito, podemos encontrar una diferencia que puede parecer sutil, pero es en la realidad significativa. Veamos, ¿qué entendemos por ser una persona financiada? Es alguien quien accede al crédito, una persona que conoce los elementos, que lo utiliza responsablemente y hace uso conveniente. En definitiva, hace uso de este como una herramienta.
Por otro lado, ¿quién sería una persona endeudada? Aquella para la que el crédito se va convirtiendo en una carga pesada y que puede tener dificultades para honrar su compromiso.
Fíjense que de la misma circunstancia que estamos hablando (el acceso al crédito) puede haber una connotación positiva (Financiación) y una negativa (Deuda). Y la diferencia solo está en el manejo que nosotros le demos a este instrumento, no por el instrumento en sí mismo. Hay personas que evitan hacer uso de este por tener una concepción negativa de entrada del instrumento y no tener claro que esa diferencia es la que nosotros le demos. Por eso te decimos, no le tengas, ponlos a jugar a tu favor.
Pamela Pichardo/@pamelapichardoj
Coach y conferencista de finanzas
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