Es cierto que el tener más dinero puede mejorar nuestra calidad de vida, pero no garantizará que seamos felices.
- “Más fácil pasa un camello por el ojo de una aguja, que un rico entrar al reino de los cielos”. Desde temprana edad algunas personas inculcan a sus hijos que ser rico puede ser algo malo y que incluso se le puede cerrar la puerta de entrar al cielo. Evidentemente queremos dinero, no trabajamos para ser ricos porque “seríamos malas personas” de acuerdo a este patrón.
- “No soy bueno administrando el dinero” y como no te consideras bueno, tu conducta será siempre orientada a malgastarlo o tomar malas decisiones, aun teniendo mejores alternativas. Si piensas de esta manera, es hora de que reformes tu vida y te alejes de ese pensamiento, para ello busca ayuda profesional e invierte tiempo en tu educación financiera.
En conclusión, la relación del dinero y felicidad va mas allá de ser una simple línea recta ascendente (a mayor dinero, mayor felicidad), es un vínculo compuesto por diversos factores, tanto económico como social, espiritual y físico.
Diandra Vasquez/ @diandravasquezm
Coach de Finanzas
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