Antes de tomar la decisión de unirnos en matrimonio a otra persona y construir juntos un sólido patrimonio familiar y una feliz unión matrimonial, debemos evaluar la nueva realidad, y luego dar pasos firmes en pos de la recreación de nuestra vida en comunidad.
Tomamos la decisión de llegar al matrimonio luego de conocer, entender y aceptar los valores y actitudes de otra persona, los cuales, entendemos son afines a los nuestros, para entonces crear un sentido de dirección de nuestro esfuerzo, capacidades y talentos que alimenten unos objetivos comunes que estarán condicionados a un manejo y comprensión de los riesgos de cada etapa de nuestras vidas, iniciando por la etapa que estamos por inaugurar, que es la convivencia.
En este sentido, lo primero que debemos hacer es establecer el horizonte de esta primera etapa (5 años). ¿Qué puede suceder durante este tiempo?
Esta etapa es la más riesgosa y fluctuante, debido a que estará llena de patrones nuevos y de cambios constantes, como son las mudanzas, compra de mobiliario, la llegada de los hijos, así como el inicio de una nueva carrera ejecutiva o nuevos emprendimientos, entre otros. Recomendamos recibir esta etapa con mucha holgura, para que cualquier evento suceda sin atropellar los objetivos de las próximas etapas; es decir, invirtamos en nuestra construcción de confianza, definición, afirmación de objetivos comunes.
Al cumplimiento de estos objetivos debemos serles fiel, pues a través del respeto al bienestar común tendrá valor nuestro amor y calidad como personas. Es importante cuantificar el horizonte de esta etapa (5 años). Primero el costo de vida ordinario, que es la referencia financiera más importante. Antes de tomar decisiones de consumo o hacer adquisiciones extraordinarias, invirtamos en la confianza, sin anestesias superfluas.
Priorizar los riesgos:
1. Riesgo de sostenibilidad:
La probabilidad de que el ingreso se vea interrumpido o afectado durante esa etapa, como por ejemplo, la pérdida de trabajo, o si eres auto empleado, por enfermedad.
2. Riesgo de variación de perfil comunitario:
Nacimiento de hijos, mudanzas o que algún familiar deba vivir con ustedes.
3. Riesgo salud:
Inventariar el estado de salud de toda la comunidad financiera, el cual, pudiera impactarnos en costes financieros, incluyendo las mascotas.
En fin, debemos evaluar primero la nueva realidad, y luego dar pasos firmes en pos de la recreación de nuestra vida en comunidad, y que por consecuencia de estar alertas, observando y dialogando a través de la gestión de riesgos, lleguemos al punto de partida del plan financiero que construirá en el tiempo un portafolio de bienestar a través del ahorro para diferentes objetivos y etapas de vida.
Objetivos financieros:
- El primer objetivo financiero: RD$100,000.00, por ejemplo, como costo de vida ordinario.
- Segundo objetivo financiero: Si tus ingresos son fijos, crear un fondo de contingencias que cubra al menos 3 meses de tu costo de vida, por un monto estimado de RD$ 300,000 y de 6 meses si tus ingresos son variables, por RD$ 600,000.
Estos son los objetivos primarios y más importantes dentro del matrimonio, pues nos protegerán para que cualquier imprevisto que pase no comprometa los ingresos y esfuerzos futuros, los cuales, pagaríamos con tiempo de vida, para poder corregir.
A partir de estos objetivos financieros, es de vital importancia vigilar los riesgos, orquestar nuestras decisiones de construcción patrimonial y demás objetivos de vida, consumos y adquisiciones extraordinarias.
Respeta este orden y tendrás una alta probabilidad de vivir un proyecto de unión matrimonial exitoso, con un tejido de confianza y amor alrededor del respeto a los objetivos comunes, siendo el primer objetivo la sostenibilidad, pues la libertad inicia allí.
Cristian Burgos | info@smartcoach.com.do
CulturaFinanciera-MatrimonioMD
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