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Lo mío es mío y lo tuyo es nuestro

¿De dónde viene esta conducta? ¿En qué género se ve más?

En las culturas antiguas y hasta hace algunos años, los hombres eran los “jefes” del hogar, y por consiguiente, quienes manejaban los ingresos económicos. La mujer no tenía derecho a ninguno de sus bienes, solo a estar en la casa, formando a los niños y satisfaciendo las necesidades del hombre.

Sin embargo, hoy en día esta conducta ha cambiado significativamente; se puede decir que esto se debe a que en las últimas décadas ha crecido la taza de inserción laboral de las mujeres, que ya no solo están a cargo de los niños, sino que sueñan con crecer, trabajar, ser más autónomas económicamente y tienen sus propios proyectos. Todo esto, les permite ser más independientes del hombre.

Estos cambios socio-culturales, acompañados de la igualdad de género y de una sociedad capitalista, permiten y exigen a las parejas compartir más en todos los sentidos, incluyendo en lo económico.

Las pertenencias personales y el dinero pueden llegar a ser motivo de conflicto en las parejas, sobre todo cuando uno de los integrantes no está de acuerdo en que ahora todo es de los dos y que, no es mío, ni es tuyo, sino nuestro.

Siempre habrá personas renuentes a compartir sus bienes con otros, sin embargo, desean que otros compartan con ellos sus recursos, lo que torna una situación complicada en la pareja y en un gran número de casos, puede llevar a la separación.

Es ahí cuando surgen interrogantes como: ¿De dónde viene esta conducta de lo mío es mío, y lo tuyo es nuestro? ¿Por qué hay parejas y personas que se manejan de esta forma? ¿En qué género se ve más esta situación? ¿Será que a estas personas en su niñez, sus padres no les enseñaron a compartir?

De acuerdo a la opinión de algunas personas que respondieron estas preguntas a través de algunas Redes Sociales, muchas veces, la forma en que cada integrante de la pareja maneja el dinero y sus pertenencias, habla de su vínculo de poder y del lugar que este ocupa dentro de la relación. Adicional a esto, coinciden en indicar que a estas personas no les enseñaron a compartir en la infancia.

Mientras que para algunos psicólogos, esta conducta se puede dar a principio del matrimonio, ya que algunas personas pueden no estar acostumbradas a compartir con otras sus pertenencias.

Esto será normal mientras se esté en el período de estabilización matrimonial. Sin embargo, hay personas que nunca llegan a estabilizarse y no conciben la idea de compartir con otra, pero sí están de acuerdo con que los demás compartan con ellos.

Asimismo, estudios revelan que son las mujeres quienes reflejan mayor dificultad a la hora de compartir el dinero en pareja. Esto se debe a que, a pesar de los cambios socio-culturales, hay una influencia de que lo que esta genera es de ella y de nadie más y que es el hombre el responsable y protector de la familia en lo económico, y por consiguiente, tiene que aportar mucho más en la casa. Aunque esta es una tendencia más marcada en las mujeres, existen una gran cantidad de hombres que adoptan esta actitud.

¿Qué sería lo correcto para que el dinero no afecte la relación de pareja? Romper con este mito de que lo mío es mío y lo tuyo es nuestro; entender que en una sociedad capitalista como la nuestra, cada quien debe tener sus responsabilidades, y que debe aportar y compartir de una forma u otra.

Es bueno llevar las cuentas claras y hablar abiertamente acerca del dinero que aportará cada quien en el hogar, dependiendo de su situación.

Pamela Pichardo/@pamelapichardoj
Coach y Conferencista Financiera

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